Huye de entornos poco saludables

Vivir cerca de bares y restaurantes de comida rápida aumenta el riesgo de sufrir insuficiencia cardíaca, de acuerdo con un estudio publicado ayer en “Circulation Heart Failure”, la revista de la Asociación Estadounidense del Corazón.

Además, según el mismo trabajo, el riesgo es mayor para las personas que carecen de estudios universitarios y las que viven en zonas urbanas sin instalaciones deportivas.

Es el primer estudio que analiza la relación entre establecimientos poco saludables e insuficiencia cardíaca porque hasta ahora “la mayoría de las investigaciones sobre nutrición y salud se han centrado en la calidad de los alimentos, sin tener en cuenta el impacto del entorno”, dice el autor principal Lu Qi, de la Universidad Tulane de Nueva Orleans, en declaraciones que publica la agencia de noticias EFE.

Los investigadores hicieron el estudio con datos del Biobanco del Reino Unido, una base de datos que contiene información sobre la salud de más de 500,000 adultos de ese país y que está disponible para la comunidad científica.

El equipo midió la exposición de estas personas a bares, restaurantes o cafeterías y restaurantes de comida rápida en un radio máximo de un kilómetro.

Los participantes tenían un promedio de 56 años de edad, más de la mitad eran mujeres y el 94% eran de ascendencia blanca europea. Tras hacer un seguimiento de estas personas entre 2010 y 2021, los especialistas documentaron casi 13,000 casos de insuficiencia cardíaca y demostraron que, cuanto más cerca vivían de estos establecimientos, mayor era el riesgo de insuficiencia.

En concreto, el estudio reveló que los que vivían a menos de un kilómetro de un establecimiento de comida preparada tenían un 16% más de riesgo de sufrir insuficiencia, seguido de los que vivían en el entorno de bares (14%) y los que vivían cerca de locales de comida rápida, un 12%.

Además, los que vivían a menos de 500 metros de bares y pubs tenían un riesgo un 13% mayor de sufrir insuficiencia cardíaca, mientras que los que vivían más cerca de establecimientos de comida rápida tenían un riesgo un 10% mayor que los que vivían más lejos (a más de dos kilómetros).

También constataron que el riesgo de insuficiencia era mayor entre las personas sin estudios universitarios y en los adultos que vivían en zonas urbanas sin instalaciones deportivas, como gimnasios.

Para los autores estos resultados son lo esperado “porque estudios previos ya habían sugerido que la exposición a entornos con alimentos listos para el consumo se asocia al riesgo de otros trastornos, como la diabetes de tipo 2 y la obesidad, que pueden aumentar el riesgo de insuficiencia cardíaca”, apunta Qi.

A la vista de estos resultados, los investigadores creen que es necesario facilitar el acceso a locales alimentarios más sanos y a instalaciones para el ejercicio físico en las zonas urbanas y ayudar a más personas a alcanzar niveles más altos de educación.

No obstante, aunque la investigación utilizó una muestra de gran tamaño, es difícil que represente a la población general porque la mayoría de los participantes eran blancos, de una edad avanzada y residentes en el Reino Unido.

De hecho, en un editorial adjunto, las doctoras Elissa Driggin y Ersilia M. DeFilippis, del Centro Médico de la Universidad de Columbia (Nueva York), creen que hace falta análisis más detallados en comunidades con poblaciones más diversas desde el punto de vista racial y étnico.

No obstante, para estas especialistas, “dada la clara asociación entre la raza negra y la alta incidencia de insuficiencia cardíaca en comparación con los pacientes blancos, la atención al entorno alimentario en esta población de alto riesgo es de suma importancia”.

El estudio constató que en un radio de un kilómetro desde el lugar de residencia de los participantes había una media de 3.57 establecimientos de comida preparada.

La distancia media entre las calles y los bares y pubs era de 692 metros, de 820 metros entre restaurantes y cafeterías, y de 1.135 metros para los restaurantes de comida rápida.

Estudio Más detalles

Los participantes tenían en 56 años en promedio, más de la mitad eran mujeres y el 94% era de ascendencia blanca.

Sesgada

Aunque la investigación utilizó una muestra de gran tamaño, es difícil que represente a la población general porque la mayoría de los participantes eran blancos y de una edad avanzada, además de residentes en el Reino Unido.

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